
Llegó el momento esperado. Tú y tu crush están cuerpo a cuerpo, en medio de un intenso faje. Todo marcha bien, las cosas suben de tono y entonces, te lo pide, te pide que te quites todo y que se lo hagas como nunca antes nadie se lo ha hecho. Comienzas a sentirte nervioso, pero te concentras en darlo todo, en hacerlo más que bien. Te quitas la ropa y, sorpresa, sucede lo inesperado, lo más temido: tu miembro decide que ha sido suficiente y es hora de irse a dormir.
Te sientes mal contigo mismo y no puedes con la frustración. Tu crush no le da tanta importancia, pero tú no puedes parar de pensar en ello el resto del día. En realidad, las erecciones son más complejas de lo que crees. Implican estimulaciones físicas, como tocamientos y miradas, pero también psicológicas, las cuales también pueden ser causantes de problemas de disfunción eréctil. A continuación, te explicamos más a fondo este padecimiento desde el punto de vista psicológico.
La disfunción eréctil es la incapacidad de tener una erección o de mantenerla durante un tiempo prolongado para poder realizar la penetración. Cuando se debe a problemas psicológicos, nuestras emociones se ven alteradas, ya sea por factores físicos, como alimentación y medicamentos, o propiamente emocionales, como sufrir de estrés. Aunado a esto, suele ser muy común que, durante el momento, estemos más preocupados por dar un “buen desempeño” e impresionar a nuestra pareja, provocándonos así que los nervios por hacer las cosas bien impidan tener una buena erección. Y, como existe una anomalía en nuestra mente que impide despertar correctamente el deseo sexual, las erecciones tienden a ser de corta duración o nulas, propiciando a la impotencia.
Para poder superarla, es necesario realizar cambios en tu vida diaria, desde lo que comemos hasta nuestros hábitos de consumo. Si eres fumador, quizá sea un buen momento para dejar de hacerlo, o si padeces de diabetes, consulta con tu médico qué medicamentos podrían ayudarte.
También debes prestar atención a tus hábitos de sueño, pues si no consigues dormir lo suficiente, podrías estar haciéndote un grave daño no sólo para tu miembro sino para tu corazón. Y, desde luego, procura encontrar momentos de calma en tu día a día, momentos que te permitan reducir tu estrés o ansiedad.
Finalmente, disfruta el momento y no te autoexijas. Cuando prestas más atención a tratar de impresionar o intentas cumplir con estereotipos de relaciones sexuales, estás dejando de lado la excitación del momento y, por lo tanto, tu pene no recibe el estímulo suficiente para mantener una erección. Relájate y mantén la calma.
disfruta el momento y no te autoexijas
Si no notas mejoría al realizar estos cambios en tu vida, entonces es momento de consultar con un especialista. Primero, debes acudir con un urólogo, pues sabrá canalizarte con algún psicoterapeuta si es necesario. Con el tratamiento adecuado, podrás superar la disfunción eréctil. La gran mayoría de los pacientes de disfunción eréctil logra superarla con acompañamiento psicológico y terapéutico. Además, aún existen otras prácticas sexuales que no necesariamente involucran un pene erecto, por lo que no debes dejar que la impotencia arruine tu vida sexual.
Otello Barrios
Fuentes: https://www.bostonmedicalgroup.es/blog-sexualidad-masculina/impotencia-sexual-psicologica